viernes, 22 de octubre de 2010

EL HUMOR COMO RECURSO DIDÁCTICO

EL HUMOR COMO RECURSO DIDÁCTICO
“Si se quiere interesar a los niños y niñas por la lectura y por el lenguaje creativo hay que utilizar técnicas y recursos innovadores y variados. Necesitamos llenarles los ojos y los oídos de palabras que los ayuden a escalar los colores del arco iris, a dar vida a los objetos, a cantar, a reír. Si un maestro o una maestra es capaz de arrancar una sonrisa leyendo un cuento, cantando una poesía o improvisando una historia, está creando las condiciones para que ellos estén más receptivos a las actividades que se propongan. Cuando se comparten sonrisas se establece una especie de complicidad entre el profesor y los alumnos, y el aprendizaje resulta mucho más grato. Una de las tareas que competen al profesorado es la de despertar la imaginación, la creatividad y el ingenio, y una forma de conseguirlo es trabajando el lenguaje creativo, en el que se puede añadir un poco de humor”.
Durante generaciones, el método convencional utilizado en las aulas se basaba prácticamente en la imposición, el castigo y demás recursos que convertían la educación en algo aburrido y monótono.

Algo clave en la enseñanza pero que no se ha estado considerando, es la importancia del estudio y conocimiento de la personalidad (de una forma genérica) del alumno.
El principal fallo del sistema educativo ha sido la valoración de la educación como algo paralelo al alumno. Durante generaciones se ha impuesto un modelo educativo que no se corresponde con la forma de actuar de las personas; un niño no se comporta siempre de una manera disciplinaria, seria, coaantemplativa e incluso pasiva, no, un niño se ríe, se comunica, interacciona, juega…entonces ¿Por qué se han empeñado durante años en prescindir de todo aquello?
Lo único que se consigue al combatir con los verdaderos intereses de los niños (todo lo lúdico) es que estos acaben despreciando y aborreciendo aquello que les “coarta su libertad” creando así una visión pesimista y negativa de la escuela, Ante ello ¿Qué debemos hacer?
Nosotros consideramos que para que este problema desaparezca hay que hacer justo lo contrario, es decir, investigar lo que más les atrae, interesa y motiva y partiendo de aquellos instrumentos introducir la educación. Si el profesor utiliza como método educativo aquello que el niño ve como atractivo (por ejemplo un video, un juego, una canción, etc.) conseguirá avivar su interés y profundizar en él mismo, sólo llegando a “su mundo” el profesor podrá enseñarle las cosas de “nuestro mundo”.
       
Está comprobado y bueno la experiencia habla por sí sola, que  cuando las clases son dinámicas, divertidas…se aprende más que si por contrario son monótonas, lineales, etc.
Los profesores como educadores debemos actuar con psicología, y saber que mediante el castigo y el miedo el niño lo único que va a desarrollar es una actitud reacia mientras que si el profesor utiliza la risa como un recurso didáctico es más probable que el niño tenga mayor interés en la asignatura.
Concluimos pues que todo aquello que le es atractivo a los niños (tomando la risa como la principal medio de expresión) es vital que se introduzca en el aula y utilizarlo como recurso didáctico; esto no quiere decir que las aulas se conviertan en “circos”, lo que se quiere expresar que desde la alegría y el ocio se trabaja mejor que desde la monotonía, imposición y castigo que en definitiva sólo crea un desinterés y rechazo.
Reflexión de las viñetas  




En las viñetas adjuntas podemos encontrar un mensaje claro aunque con un doble sentido. Por una parte, se puede observar como la dejadez y la comodidad de los padres ante el uso o incluso el abuso de las tecnologías puede ocasionar que la propia figura paterna sea sustituida. Este caso lo podemos observar concretamente en la viñeta en la cual el niño se pregunta si además de tv, mp4, etc  tiene padre o madre. Pero por otro lado, como consecuencia de lo ya citado si el niño ve en estos medios su referencia a lo hora de comportarse, actuar, etc estaríamos ante un caso de abuso tecnológico. No podemos ni debemos evitar que éstas se encuentren en nuestros hogares, sino que los padres deben encontrar un equilibrio y poner unos límite en su uso de forma que no derive en  problemas tanto físicos (obesidad, sedentarismo, vista cansada…) como sociales (aislamiento, falta de identidad…).

LA REPERCUSIÓN DE LA TECNOLOGÍA EN LAS AULAS

Hoy en día, las tecnologías están presentes en la vida de los niños. Todos estos avances están haciendo que cambien brutalmente sus costumbres, esto les afecta en todos los ámbitos de su vida y por supuesto la educación no es la excepción los niños esperan que en las aulas estén presentes todos estos medios ya que están acostumbrados a ellos. Es un hecho que los niños ante cualquier actividad en la que se usen dichas tecnologías prestan más atención ya que les resulta más atractivo por ello, el profesorado debería incluirlos en las aulas y así poder acercares más a ellos y así acercar su mensaje ¿Pero qué pasa si los niños se acostumbran a ello y lleguen a rechazar cosas como el papel, el bolígrafo, el deporte físico… e incluso la figura del profesor? Esta sustitución nunca puede llegar a suceder; el profesor es una parte vital del aprendizaje, y en nuestras manos está que es siga siendo así, debemos ser “inteligentes” y buscar el mejor medio para enseñar y educar, por ello debemos ayudarnos y apoyarnos en estos medios para impartir nuestras enseñanzas pero siempre controlando la situación.
 Ante ello decimos, SÍ a la renovación (introducción de las tecnologías en el aula) pero NO a la sustitución (debemos enseñarles que aunque las tecnologías sean muy útiles hay muchas actividades, juegos…que es muy importante que no cambien o al menos no por esa vía).

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